Es hora de que el país reconozca el valor que tienes, como una demanda para que asumas la Presidencia de la FEF

Estimado Patricio: Recuerdo la presidencia de Carlos Coello en La Federación Ecuatoriana de Fútbol, que marcó el despegue definitivo de este deporte en el país. No se puede negar que, en aquella época, se establecieron las bases para que nuestro fútbol pueda desarrollarse y obtener los éxitos de las participaciones en los campeonatos mundiales de Alemania y Corea-Japón.

El gran aporte de esa directiva estuvo en la creación de una comisión de selecciones con autonomía relativa de la FED y la contratación de Dussan Deraskovic como entrenador. Este montenegrino salió por el territorio patrio a buscar jugadores que el fútbol moderno requería y, en ese caminar, encontró a los afrodescendientes que le dieron la carta de nacimiento al estilo del fútbol ecuatoriano. Ese proceso, que duró más de 12 años, tiende a cerrarse, como ocurre en la historia: hay ciclos, hay generaciones y hay momentos, porque no hay historia lineal.

Tú estuviste en ese inicio del proceso más exitoso de nuestro deporte insignia. De ti, salieron los valores más importantes para la sociedad deportiva: compañerismo, lealtad, sentido estratégico y visión de largo plazo, cosa rara en un país en el que el corto plazo es determinante. Fuiste vicepresidente de la FEF y, como tal, actuaste generando consensos, respetando reglamentos, motivando clubes y, sobre todo, como caballero a carta cabal.

Una vez que saliste de la FEF, porque eres un convencido de la alternabilidad en la construcción institucional, fuiste a recalar en Liga Deportiva Universitaria, sin ser el equipo de tus amores (ahora, supongo que ya lo serás). En este club de 90 años de historia, también fuiste parte del equipo dirigencial que dio inicio a uno de los períodos luminosos de su historia institucional y deportiva: tres torneos internacionales y varios nacionales. En esta ocasión, asumiste un puesto directivo importante gracias a la confianza que te ganaste con Rodrigo Paz y con toda la gente de la directiva.

Este último ciclo de la Liga (LDU) empieza con la construcción del Estadio de Ponciano, que se convierte en el espacio de encuentro de la hinchada, la directiva, el cuerpo técnico y los jugadores; es la arena en la que el universo simbólico del club se despliega.

Posteriormente, vino una desgracia con felicidad: el descenso a la serie B, que permitió el replanteamiento de su institucionalidad, la afirmación del estilo de fútbol y la generación de un nuevo modelo de gestión. Una y otra cosa condujeron a vivir la "ligomania" del momento, que hoy se sustenta en los honores internacionales de los triunfos deportivos.

Pero también por la conversión en un modelo o paradigma institucional que todos quieren emular.

Has estado en estos dos momentos de gloria del fútbol nacional. Es hora que la comunidad deportiva del país y de los cuadros dirigenciales del fútbol ecuatoriano reconozcan el valor que tienes, no como un premio a tus virtudes, sino como una demanda para que asumas la Presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. El país entero te agradecerá y el país deportivo mucho más.

Espero no te moleste esta propuesta y que muchas personas se sumen a esta iniciativa.

Abrazos.