Este artículo argumenta que a pesar de que la población de México está creciendo y aún es joven, la situación demográfica del país difícilmente puede considerarse como favorable. La diferencia entre esta interpretación de las condiciones demográficas y aquella más optimista del Plan Nacional de Desarrollo y de algunos analistas financieros se atribuye a cuatro razones: (i) la diferencia en los horizontes de planeación; (ii) la elección del grupo de países con los cuales comparar a México; (iii) la elección de la métrica (población en edad de trabajar vis a vis la razón de dependencia); y (iv) el enfoque en la estructura de la población actual y no en las proyecciones de su evolución en el futuro cercano.