El proceso centralizador de la sociedad, la economía, la cultura, la política y el territorio -en un contexto de globalización y revolución científico tecnológico-ha conducido al desarrollo de su antítesis: la descentralización. Este proceso, que se inició en Europa con anticipación a lo ocurrido en América Latina, requiere ser conocido y analizado. Es necesario hacer un balance de las principales experiencias, así como de la historia de los procesos particulares. Mucho más, si se constata que no hoy un modelo de descentralización; aunque es innegable la existencia de ciertas constantes generales. Esto significa que cada país en cada momento debe encontrar las soluciones más adecuadas para contrarrestar los efectos nocivos del centralismo y de la descentralización.
En América Latina, por el peso y la apuesto que se ha hecho por el municipio, como eje y ¡in del proceso descentralizador, ya se comienzan o percibir algunas problemas. El proceso nos está mostrado que la descentralización es considerablemente más compleja que la llamado «municipalización» y que introduce muchas anomalías en la relación Estado-sociedad civil. Las ideologías eficientistas y del «small is beautiful/» se imponen tras el planteo «municipalista» a ultranza y ocultan los problemas que empieza a producir.
Esto supone relativizar la afirmación de que el municipio sea el sujeto central y único de la descentralización. La descentralización exige una respuesta global, mediante una propuesta que sea capaz de contener la heterogeneidad de la realidad, a través de una flexibilidad institucional que contenga varios órganos nacionales y subnacionales. Esto es, a través de una pluriinstitucionalidad articulada.
Es importante plantear y retomar el tema de la estructura del Estado en su conjunto y, dentro de él, el rol que debe jugar el gobierno intermedio. Esta instancia se convierte en el eje a partir del cual se pueden articular los distintos niveles de acción del Estado, para dotarle de una nueva estructura acorde a los tiempos y las circunstancias. De esta manera, es factible construir, por un lado, una propuesta nacional fundada en la diversidad regional y local y, por otro, diseñar la estructura global de relación del estado y la sociedad civil.
Con este trabajo se pretende hacer un recorrido sintético por Europa y América Latina, para conocer los procesos particulares de algunos de los países más importantes, así como las determinaciones generales que definen su contenido. De esta constatación sacaremos algunas lecciones y experiencias que permitan extraer ciertas generalizaciones.
Iniciamos el trabajo con un capítulo que señala algunas consideraciones metodológicas. Luego seguimos con las características de la descentralización europea y latinoamericana, para concluir con ciertos límites y limitaciones propias de la descentralización.
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