Los resultados electorales en la ciudad de Quito traen un problema complejo que debe resolverse inmediatamente, como condición básica para que el alcalde electo, Mauricio Rodas, pueda impulsar sus propuestas de campaña y construir un proyecto de ciudad. Se trata de encontrar un entorno de gobernabilidad en la nueva coyuntura que se inicia el 14 de Mayo y que está vinculada -al menos- a los siguientes tres elementos: Lo primero se vincula a las relaciones entre el nuevo alcalde de Quito como representante del gobierno local y el presidente de la República como jefe del Gobierno nacional. Si bien toda ciudad busca el autogobierno, no se puede negar que este se inscribe en un Estado que produce limitaciones y posibilidades; mucho más si en la campaña electoral se señaló que una derrota en la capital podría significar el fin de la revolución ciudadana y que el candidato Rodas representa a una derecha internacional muy peligrosa.