
Ni el patrimonio económico y cultural he redado del pasado, ni la importancia polí tica y los medios financieros que el Estado atribuya a sus ciudades serán suficientes si no se produce la movilización de sus pro pias fuerzas. Para lo cual se requiere que las ciudades dispongan de una fuerte identidad sociocultural y de un liderazgo político au tónomo y representativo y, sobre esta base, generen proyectos colectivos que propor cionen a la sociedad urbana la ilusión movi lizadora de todos sus recursos potenciales.
Con la vuelta de prioridad a la urbe construida, el centro histórico cobra un sentido diferente, plan teando nuevos retos vinculados a las accesibilidades, a las centralidades intraurbanas, a las simbologías existentes y a las relaciones sociales que le dan sus tento. De esta forma, se revaloriza la centralidad his tórica y se plantea el reto de desarrollar nuevas me todologías, técnicas y teorías que sustenten otros es quemas de interpretación y actuación sobre ellos. Se abren nuevas perspectivas analíticas y mecanismos de intervención en los centros históricos, (1ue buscan superar los paradigmas que parten de lo monumen tal -como hecho inicial y definitivo- abstrayendo los contextos económicos, sociales e históricos.
- Quito,
- centro histórico,
- sujeto patrimonial
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