Skip to main content
Other
El lenguaje del fútbol
(2010)
  • Fernando Carrión Mena, Arq.
Abstract

La relación entre literatura y fútbol nació hace mucho tiempo, porque el fútbol requiere de una narrativa que le de racionalidad discursiva; en eso el lenguaje metafórico es central. La dimensión narrativa viene de la lógica del fútbol como deporte y de un lenguaje propio que conjuga conceptos importados de otras áreas del quehacer intelectual, como son la geometría, la guerra, la religión, el inglés y la fauna. La geometría aporta con el “punto” penal, la “línea” media”, el “ángulo” o el “rectángulo”. El “arco” es la meta que se arma con “horizontales” y “verticales”; como el fútbol puede ser vertical u horizontal. Hay “parábolas”, “triángulos” y “centros”; así como la “esférica”, razón de ser del fútbol.

El lenguaje bélico está impregnado con la incorporación de los principios y categorías de la guerra. Allí la “estrategia” y la “táctica” son organizadores pacíficos del conflicto entre adversarios. Se “disparan” “misiles”, hay “bombazos” o “tiros” libres. Un jugador potente es el “tanque” Hurtado, si tiene un tiro fuerte será el “Cañoncito” Peñaherrera o si el defensa es recio tendremos al “Bam Bam” Hurtado.

El inglés llega desde la cuna del fútbol: Inglaterra. El nombre de este deporte es “fútbol”, reconocido por la Academia de la Lengua desde 1927 y que hasta la presente fecha busca una traducción al castellano: balompié. Los nombres de los equipos son “River Plate” o “Crack”; el árbitro es el “referee” y su ayudante el “linesman”. También las infracciones son el “corner” o el “offside”. La jugada cumbre del fútbol es la palabra “goal”, que quiere decir objetivo y la suma de goles “score”.

En el ámbito religioso se puede encontrar el gol de “la mano de Dios”. Además el gol es considerado como la “salvación”, la “gloria” o para el rival el “infierno”. En el fútbol existen “milagros” y la esquina de las “almas”, y las supersticiones en el camerino, la cancha y las gradas.

La fauna aporta con muchos de los apodos con los que se reconocen a los jugadores: el jugador rápido es una “gacela”, el arquero de reflejos es un “gato”, hay un “toro” y un “torito”, como también hay el “corcel”, o “el tigre”, entre muchos. Existen equipos conocidos como “canarios”, “gallinas”, “pumas” o “lobos”.

También existen sin sentidos como un “gol de pelota quieta” o “quemar tiempo” o “hacer teatro” o “comerse un gol”; otros que vienen de la construcción como un “túnel” o una “pared”; adicionalmente se hacen “bicicletas”, “tijeras” o “sombreros”.

El universo lingüístico es tan amplio que se podría decir que el fútbol construye un género literario vinculado a lo dramático y a lo épico, donde juegan un importante rol los poetas (el poeta del gol), novelistas (gol de antología), los cuentistas (contar el gol) y los ensayistas (ensayo diario).

La narrativa del fútbol nos habla de héroes, hazañas, hechos históricos, de traumáticas derrotas, como también de lo vivido cotidianamente por aquellos personajes anónimos que extienden la jornada deportiva más allá de los noventa minutos que dura el partido y del rectángulo donde se realiza. Y lo logran a través de un tejido discursivo altamente creativo donde la ficción y la metáfora juegan con fuerza su propio partido.

Keywords
  • Fútbol,
  • literatura,
  • racionalidad discursiva
Publication Date
2010
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "El lenguaje del fútbol" (2010)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/558/