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La sombra de Hitler visita al futbol
(2010)
  • Fernando Carrión Mena, Arq.
Abstract

En la década de los años treinta del siglo pasado, el deporte fue políticamente instrumentado por el fascismo, existiendo dos hitos centrales: el primero, en 1934 con la copa mundial de fútbol organizada por Italia, donde Benito Mussolini fue el director de orquesta para que Italia obtenga el título mundial y para que el árbitro de la final fuera expulsado de la FIFA. El segundo, en 1936 con la realización de las olimpiadas en Berlín, donde Adolfo Hitler buscó exaltar la raza aria, cosa que el atleta afro descendiente Jesse Owens se la estropeó.

Hitler odiaba el fútbol, pero sabía que este deporte permitía reunir una considerable muchedumbre para atraerla hacia el nacional-socialismo, en tanto este deporte masivo fue considerado una formidable plataforma propagandística de sus principios y valores. De allí que el Parido Nazi Alemán diseñó una estrategia invasiva que hizo metástasis en la organización del fútbol.

Los historiadores alemanes, una vez que se abrieron los archivos de la Federación Alemana de Fútbol (FAF), catalogaron a este período como el capítulo más nocivo de la historia del fútbol alemán. Allí se documentaron hechos como los siguientes: muchos dirigentes y jugadores fueron separados o desaparecidos, más de 300 jugadores murieron, sin que se haya hecho algo por investigar las causas, la Federación fue captada por el partido nazi, los resultados de los partidos se manejaron y los equipos se alinearon a la lógica oficial.

Pero este fenómeno no se localiza en un solo país. Allí están los casos de Italia con Mussolini, de Alemania con Hitler y de España con Francisco Franco. Pero también en América Latina no se puede dejar de lado lo ocurrido en Argentina en la copa Mundial de 1978, en Chile con Augusto Pinochet que fue presidente de Colo Colo, en Bolivia con García Mesa que llegó a la presidencia del Wilsterman.

Pero este fenómeno no se ubica en un solo momento. De aquella época para acá el fútbol ha crecido en audiencia y en convocatoria, al extremo que el fenómeno del ultranacionalismo también es impulsado por ciertos seguidores de los clubes y de las selecciones nacionales. Dentro de ellos, los más visibles han sido los hinchas ingleses con los llamados skinheads y los hooligans, que –unos y otros- han impulsado la violencia alrededor de los mismos sentimientos racistas, nacionalistas, xenofóbicos y chauvinistas propios de la ideología nazi.

Por eso una parodia de “Hitler y el fútbol” hace referencia a estos dos fenómenos: por un lado, a la instrumentalización dirigencial de una política superada por la historia, y por otro, al auspicio de hechos de extrema violencia entre los hinchas. Más aún cuando esta parodia ha sido usada en muchos lugares con el mismo sentido de confrontar hinchadas y de descalificar al otro y, lo más llamativo ha sido el efecto boomerang: el promotor de la parodia ha terminado estigmatizado como hitleriano.

El fútbol no es una broma y no puede ser tratado como tal. Los universos simbólicos que representan los clubes y sus hinchas deben ser respetados. El agresor no puede esconderse bajo la rivalidad y mucho menos poner en juego el propio origen histórico-cultural del club que proviene.

Keywords
  • Hitler,
  • fútbol,
  • Copa de Mundo 1934,
  • Federación Alemana de Fútbol
Publication Date
2010
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "La sombra de Hitler visita al futbol" (2010)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/556/