Vicente Fox fue presidente de México en el sexenio que va desde el 1 de Diciembre del año 2000 hasta el 30 de noviembre de 2006. Es miembro del Partido de Acción Nacional (PAN), cuya tendencia es de derecha. Desde el año 2006 le reemplazó en tan alto cargo público el también militante del PAN Felipe Calderón, quién inició una política antidrogas diametralmente opuesta a su antecesor. Mientras en el período de Fox la violencia homicida estuvo en los niveles históricos de México, en lo que va del período del presidente Calderón tenemos alrededor de 40 mil asesinatos, el incremento del consumo de narcóticos a niveles nunca antes visto, la erosión de la institucionalidad pública (¿Estado fallido?) y la expansión de la violencia hacia Centro América, entre otras manifestaciones. Frente a esta situación de dolor y angustia se realizó el foro “México y la guerra contra las drogas: tiempo de legalizar”, organizado por el “The Cato Institute” en ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos. En el contexto de este evento -el martes pasado 18 de octubre- el ex presidente de México Vicente Fox hizo una propuesta bastante audaz para construir una nueva política antinarcóticos, que bien vale discutirla y no reaccionar de manera arrogante como lo hizo el gobierno de Calderón diciendo que en México hay libertad de expresión… Fox propuso un proceso de negociación con los cárteles de la droga mexicanos, que debería partir con un alto al fuego: desde este momento se abriría la posibilidad de un diálogo que podría terminar con una amnistía para los miembros de estas bandas criminales, siempre y cuando se sometan a la justicia. Pero también se debería impulsar la legalización de los narcóticos en los términos propuestos por los ex presidentes Cardoso (Brasil), Gaviria (Colombia) y Zedillo (México). Para el diálogo, Fox señaló que se podría recurrir a las experiencias de “Concordia y Pacificación” de 1994, que desactivó el conflicto con el Ejército Zapatista, así como con las negociaciones realizadas en Colombia en el marco de la llamada “Política de sometimiento a la justicia” realizada en el período 1990-94, que ofreció rebajas de penas y trato preferencial a los que dejen la actividad del narcotráfico. Si se parte del inequívoco hecho histórico de que la llamada guerra a las drogas iniciada hace 40 años no ha producido los resultados deseados ¿Porque no intentar una nueva vía? Si la visión militarista se caracterizó por enfrentar el narcotráfico desde la perspectiva de la oferta ¿Porque no hacerlo desde su inverso: la demanda y sin su contenido violento, que ha traído más violencia? Si del lado de la producción y circulación de narcóticos se ponen los muertos y desde la demanda se acumula inmensos recursos económicos ¿Porqué no enfrentar el narcotráfico sin la lógica desigual y combinada que tiene en la actualidad? El precio del kilo de cocaína en Colombia está en alrededor de 2.000 dólares y en los Estados Unidos en más de 45.000 ¿Porqué no controlar el negocio en el lugar y en la parte más rentable, de tal manera de asfixiar la razón económica de su existencia?