Skip to main content
Other
El Mundial de Sudáfrica sin Ecuador
(2010)
  • Fernando Carrión Mena, Arq.
Abstract

Los ecuatorianos ya nos habíamos acostumbrado a la presencia en los mundiales de fútbol, luego de la importante presencia en las dos últimas justas ecuménicas de Corea-Japón y de Alemania. Más de 10 años en esa condición y de pronto nos quedamos en el camino, con la frustración, la soledad y la nostalgia de lo vivido. Ese paso por los mundiales sirvió mucho para el progreso del fútbol nacional, visto desde cada uno de los actores de esta práctica social total: jugadores, hinchas, periodistas, cuerpo técnico y dirigentes.

Hoy que empezamos a vivir los momentos previos al inicio del mundial, se ha abierto un quiebre de aguas de impredecibles consecuencias: existe un antes y un después de ese período luminoso, que se puede observar a partir de las siguientes cinco aristas:

En primer lugar y en términos futbolísticos, el Ecuador pierde mucho. La selección ha perdido continuidad en estos meses sin competencia y los partidos pactados han sido manejados interinamente con fines exclusivamente económicos. El Ecuador ha sido en esta fase previa a los partidos del mundial un sparring de equipos intrascendentes, lo cual ha conducido para que la selección pierda estilo, desdibuje su sistema y erosione su representación. Hoy en día no sabemos a qué juega, cuales son los futbolistas titulares y qué se busca.

En segundo lugar y en términos económicos, hay una pérdida importante de ciertos sectores productivos donde el turismo probablemente sea el más golpeado; pero también están los clubes que deben parar el torneo y seguir pagando a sus jugadores; la FEF que no recibirá los premios establecidos por la FIFA. No se puede descartar la merma sustancial de ingresos que sufrirá la industria de la indumentaria deportiva por la reducción de la venta de camisetas, zapatos y medias. No hay que olvidar que Marathon estuvo en los mundiales pasados compitiendo con firmas como Nike o Reebock.

En tercer lugar y en términos de la representación, lo que va a ocurrir es que todos los ecuatorianos busquemos nuestra selección alterna para representarnos; produciendo, de alguna manera, un especie de ventriloquismo. De todas maneras el signo identitario principal provendrá del sentido de pertenencia territorial; eso quiere decir que la mayoría nos inclinaremos por alguna de las selecciones latinoamericanas que más posibilidades de triunfo tengan: Argentina o Brasil, para sentirnos parte de una élite poderosa.

En cuarto lugar, el país no podrá utilizar la llamada diplomacia del fútbol, como ya se hizo en Alemania, donde se presentó una exposición de Guayasamín y un concierto de Boris Cepeda; así como también en el ámbito económico se promocionaron algunos productos de exportación del país: camarones, flores y sombreros entre otros.

Y, finalmente en quinto lugar, también tendremos un considerable declive de los aportes cinematográficos, musicales y literarios, que habían despegado con mucha fuerza desde el último mundial de fútbol. Es una lástima porque la reflexión se detendrá, la música ya no nos acompañará y el cine que tanto aportó hacia la comprensión del país se detendrá.

Es mucho lo que se pierde. ¿Los dirigentes habrán pensado en esta realidad?

Keywords
  • futbolístico,
  • económico,
  • representación,
  • diplomacia del fútbol
Publication Date
June 1, 2010
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "El Mundial de Sudáfrica sin Ecuador" (2010)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/383/