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Popular Press
Plazas
Diario Hoy (2010)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract
Las ciudades no son el espacio de lo doméstico o de lo privado, sino el ámbito donde la población se encuentra (simbiosis), se identifica (simbólico) y puede manifestarse (cívico); es decir, son el espacio público. Por eso, en estricto sentido, las viviendas o las casas no son la ciudad; a lo sumo si son sus fachadas, porque ellas cierran la plaza y delinean la calle, configurando el espacio público. De allí que –en realidad– no se salga de la casa para ir al exterior, si no que, en rigor, se sale de la casa para ir adentro, para ser parte y construir el espacio público. Se sale de la casa para encontrarse con el otro, para hacer ciudadanía y para producir pensamiento cívico. En cambio, cuando se sale del espacio público se va hacia afuera, que es el espacio doméstico y el espacio privado, convertidos en lo exterior; es decir, se sale hacia lo que no es ciudad. Las ciudades son el espacio público, en tanto allí la población se representa, visibiliza y encuentra, formando “el lugar común” y, también, es el espacio a partir del cual la ciudad se estructura y organiza. En ese sentido, el símbolo principal del espacio público es la plaza, en tanto es un ágora que se comporta como una sala de reunión y un parlamento cívico que construye un pensamiento cívico (el espíritu de la ciudad). Adicionalmente, la plaza es el espacio de donde salen y llegan las calles que unen otras plazas, así como también el lugar desde donde se distribuyen las actividades de la ciudad, conformando un sistema de lugares significativos. Sin embargo, en la actualidad se vive la mercantilización de lo simbólico, la privatización del espacio público y el tránsito del espacio de los lugares al espacio de los flujos, conjunto de situaciones que desarrollan dos problemas que impiden producir ciudad: por un lado, el “enclaustramiento” que conduce al encierro y a la cultura a domicilio. Allí están los ejemplos del tele trabajo, del deporte WII, del consumo por el delivery y del tele cine, entre otros. Y, por otro la, la “agorafobia” que expulsa la población del espacio público o que no le permite entrar a ella. La plaza se privatiza y se establecen restricciones tipo “nos reservamos el estricto derecho de admisión”; se las cerca y cierra. Se percibe un asedio, un rechazo o un desprecio por la plaza, al extremo que se los considera espacios peligrosos y se les tiene temor, porque no protegen ni son protegidos. Son territorios abandonados, incluso, de la disputa social y el mantenimiento es muy escaso. Por eso se han convertido en guarida y no en hábitat. De allí que la plaza se ha convertido en un producto urbano en vías de extinción. En la actualidad, se construyen espacios vacíos que no se llenan de ciudad, porque de público tienen muy poco. Hoy es el espacio privado el que determina –con su lógica de producción mercantil– la estructura territorial de la localización de las actividades urbanas. Pero la reminiscencia de la plaza es tan fuerte que la lógica del mercado la incluye como marca; por eso el aparecimiento de un centro de diversiones con el nombre “Plaza de las Américas” o un hotel con la denominación “Plaza”.
Keywords
  • plazas,
  • simbólico,
  • simbiótico,
  • civico
Publication Date
April 10, 2010
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "Plazas" Diario Hoy (2010)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/373/