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Popular Press
Haití y Chile: los extremos se juntan
Diario Hoy (2010)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract
En estos últimos cinco años se han producido tres de los diez sismos más fuertes que se han registrado a lo largo del mundo en estos últimos 110 años. Pero también en los dos meses iniciales del año 2010 hemos sido testigos de dos terremotos devastadores: el uno, el 10 de enero en Haití y el otro, el 27 de febrero en Chile; esto es, en el país más pobre y en el más rico de la región, medidos según los ingresos per capita.
Haití tiene 27.750 kilómetros cuadrados donde se asientan un poco más de 10 millones de habitantes. Su PIB es de 14 mil millones de dólares y cerca del 80% de la población vive bajo la línea de pobreza. El sismo de 7 grados produjo el fallecimiento de 220 mil personas y se estiman pérdidas por 14 mil millones de dólares. Chile tiene 755.800 kilómetros cuadrados de extensión donde viven 17 millones de habitantes. El PIB chileno es de 107 mil millones de dólares y un poco más del 14 por ciento de la población es considerada pobre. El terremoto de 8:8 grados generó el fallecimiento de más de 900 personas y 30 mil millones de dólares de pérdidas económicas.
Las comparaciones son odiosas, pero es un recurso metodológico en boga. Si bien el sismo de Chile fue mucho más fuerte que el de Haití, los impactos son inversamente proporcionales: en Haití el fallecimiento de personas es incomparable con Chile, como también en términos económicos. Si bien en Chile los números absolutos son de un poco más del doble que en Haití, si se hace relación al PIB de cada país la desgracia de Haití es inconmensurable. En Chile las edificaciones que más sufrieron son las antiguas, las que no siguieron las normas existentes, las de los sectores populares y las que están fuera de Santiago. En Haití fueron las de estructuras de hormigón por el nivel de informalidad y las de Puerto Principe.
De la tarea posterior quedan algunas enseñanzas. Haití depende de la ayuda externa, es condicionada y poco coordinada. La contraparte haitiana es precaria y la población lucha por el apoyo humanitario en las calles. En Chile existe un núcleo central que toma el mando (Estado), aunque con problemas. La catástrofe se la “descubre” 36 horas después (El Mercurio), lo cual muestra dos elementos: problemas claros de comunicación al interior del Estado y las dificultades que trae un modelo histórico de macrocefalia urbana que se expresa en la distancia social, económica y tecnológica de Santiago con relación al resto del país.
Pero también queda un debate importante respecto de la relación Estado y mercado. Los saqueos producidos en Concepción, Santiago y otros lugares, muestran un patrón de consumo de la población y un acceso al abastecimiento por medios privados que en esos momentos son absolutamente ineficientes, lo cual evidencia que el mercado no reacciona tan rápido como el Estado. En esa perspectiva también queda en entredicho el sistema penitenciario chileno y la ausencia de respuesta temprana frente a los saqueos y las fugas de las cárceles.
La transición del Gobierno de la presidenta saliente, Michell Bachelet, al gobierno entrante de Sebastián Piñera ya deja algunas costuras y, probablemente, damnificados. Esperemos que lo político no tome más peso del que tiene y que éste se guíe por lo que el “Chupete” Suazo escribió en su camiseta y le enseño al mundo luego de marcar un gol: “Fuerza Chile”.
Keywords
  • Haití,
  • Chile,
  • terremotos
Publication Date
March 5, 2010
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "Haití y Chile: los extremos se juntan" Diario Hoy (2010)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/368/