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Popular Press
Bicentenarios en (de)construcción
Diario Hoy (2009)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract

Las fechas de hechos históricos notables -que llegan a constituir una nación o un Estado nacional (o varios, incluso)- no son solo hitos en el calendario sino momentos significativos en la historia de los pueblos, que dejan huellas profundas. Por eso sus actos conmemorativos no se quedan en ello y van mucho más allá de las efemérides protocolares. Generalmente los eventos políticos que trascienden el significado inicial de la emblemática fecha llegan al futuro con una carga simbólica de alto contenido, en la que paso a paso se la relee y es motivo de actuación de nuevos actores que le dan nuevos contenidos y sentidos. Mao Zedong decía que “El pasado es lo que más cambia en la historia”. De allí que el famoso Bicentenario –que ya lo empezamos a vivir- habría que entenderlo en su real significado histórico y en lo que ha ocurrido desde aquella época para acá. Hoy, por ejemplo, Simón Bolívar es distinto de lo que fue, porque las lecturas que se hacen ahora están cargadas de historia y de suma de valor al pasado, provenientes de la reivindicación, entre otras, de la revolución Bolivariana de Venezuela. Por eso el Bicentenario libertario ha despertado muchos y virulentos debates académicos y políticos. Pero no solo eso, también con él aparecen las viejas y nuevas disputas políticas de los hechos pasados, que no son otra cosa que una confrontación política por lo que se vive en la actualidad; de esta manera el Bicentenario aparece destapando este debate-disputa –en unos países con más fuerza que otros- justamente por los procesos de cambio que se viven. En otras palabras, se podría decir: “Dime qué te olvidas y qué recuerdas y te diré qué quieres”. Ver al Bicentenario –a estas alturas de la historia- desde el determinismo cronológico querría significar que esas fechas -que un día fueron relevantes por determinadas situaciones- con el paso del tiempo han ido perdiendo su importancia. Nunca mejor puestas las palabras de Auge cuando nos dice: “El olvido es necesario para la sociedad y para el individuo. Hay que saber olvidar para saborear el gusto del presente, del instante y de la espera, pero la propia memoria necesita también del olvido: hay que olvidar el pasado reciente para recobrar el pasado remoto”. La historia que construyó los monumentos arquitectónicos como oráculos donde la población legitimó un discurso, una identidad y unos símbolos venidos del nacionalismo, tiene ahora una política de conservación. Hoy en día se pasa del monumento a un meta-relato inocuo, donde el proceso del Bicentenario se encuentra a la deriva, enfrascado en debates intrascendentes, localizado en espacios reducidos o en la construcción de proyectos aniversarios que llevan el mote de Bicentenario. Por eso hacer memoria tiene que transformarse en hacer futuro: O sea, no un hito para conmemorar sino un proceso para construir una pluralidad de bicentenarios a la manera de proyectos y no de memorias. Estas fechas relegadas al baúl de los recuerdos deben convertirse en motores que salgan del olvido y la nostalgia para redefinir el sentido del devenir. En otras palabras, estas fechas no son solo hitos sino procesos plurales que muestran la (dis)continuidad histórica.

Keywords
  • bicentenario,
  • Ecuador,
  • historia
Publication Date
June 5, 2009
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "Bicentenarios en (de)construcción" Diario Hoy (2009)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/317/