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Popular Press
La omnipresencia del miedo
Diario Hoy (2009)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract

El miedo es mayor cuando es difuso y desconocido, porque es una sensación que nace de la incertidumbre. Pero también se presenta por el sentimiento de vulnerabilidad ante un peligro potencial. Es decir, que el temor tiene más que ver con la “ausencia de confianza en la defensa disponible” que en las características de la amenaza real existente (Bauman).

El Estado tiene entre otras funciones las de proteger a las ciudadanos que lo constituyen; sin embargo, desde hace tiempo se observa un desplazamiento de la protección de la seguridad colectiva hacia la personal, lo cual significa una delegación a los propios individuos. En otras palabras, frente a los desastres naturales o las epidemias cada ciudadano debe hacer lo que puede para atenuar los efectos de las mismas: justicia por la propia mano o construir las murallas de su propia seguridad.

De allí que no sea nada raro que vivamos en tiempos de miedo y de temor. Mucho más apremiante si se percibe la existencia de alertas globales que nos llevan a la muerte o a la destrucción masiva. Entre ellas se pueden señalar, por ejemplo, la crisis económica mundial con presagios catastróficos, el calentamiento global como explicación generalizada, el “crimen organizado” que se extiende silenciosamente y ahora la influencia porcina definida como AH1N1.

No se puede negar que los agoreros del desastre (los medios de comunicación) se solazan con estas alertas globales que -tanto anunciar y pregonar- han caído en el mundo de la ficción y la diversión para sus audiencias. Con la influenza porcina –que debió cambiar su nombre para no herir la susceptibilidad del inocente chancho y mucho más el negocio de sus empleadores- se han instalado múltiples incertidumbres, preguntas sin respuestas, complots y, también, manifestado un conjunto de vulnerabilidades institucionales.

El día miércoles pasado en Irak, en un solo acto terrorista, fallecieron más personas que las provocadas por la fiebre AH1N1. En el Ecuador mueren al año más de 3.000 personas por homicidios y en América Latina se calculó para el año 2000 en 140 mil las personas asesinadas. En las cárceles de América Latina son ajusticiadas anualmente más del doble de las personas fallecidas por la influenza porcina. ¿Cuántos pacientes mueren por diarrea, falta de atención médica, accidentes de tránsito o intoxicación?

El temor y el miedo han devenido en rutina y en un mal necesario; al extremo que la sociedad del riesgo (Beck) requiere permanentemente de una alerta global para cohesionarse. Los individuos aislados entre si y en relación al estado protector deben encontrar los sentimientos de soledades compartidas para sentirse en sociedad, para formar parte de un todo. Por eso hoy en día el miedo más grande es a la exclusión.

Pero también se ha instalado con mucha fuerza el sentimiento de que hoy en día el estar protegido es también estar amenazado (Castels). Nunca el mundo había estado tan protegido como lo está ahora y, a pesar de ello, nunca se ha sentido más inseguro. Toda la tecnología, todas las personas, todas las instituciones, todos los recursos se dirigen a la protección y, sin embargo, un huracán (Katrina), una epidemia (AH1N1), un avión-misil (11 septiembre) o armas inexistentes de destrucción masiva (Irak) terminan por vulnerar esta parafernalia creada e instalar la omnipresencia del miedo.

Keywords
  • miedo,
  • Estado,
  • individuo,
  • AH1N1
Publication Date
May 22, 2009
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "La omnipresencia del miedo" Diario Hoy (2009)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/311/