El Plan de Seguridad no toma vuelo. La ines tabilidad en Gobierno, la pres ión de la cúpula policial y la des idia social militan en contra.

Un problema crónico de la seguridad en Ecuador es que la Policía está subordinada al Ministerio de Gobierno, una cartera con autoridades que cambian permanentemente y que es, básicamente, el vínculo político entre el Ejecutivo y el Legislativo. La entidad policial pasa a segundo plano, lo cual determina una situación de relativa autonomía. O de limbo. En este contexto se hace difícil una reforma estructural de la institución.

En este régimen, como en ningún otro, los esfuerzos se han dirigido más hacia la seguridad pública que a la ciudadana. Mientras la pública busca la estabilidad política en el orden interno, la ciudadana busca preservar las relaciones de convivencia de la población. De allí que los 330 millones de dólares para el Plan de Seguridad Ciudadana estén destinados al fortalecimiento del orden público, como una manera del régimen para buscar una alianza con la Policía.