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Book
Pobres las ciudades de pobres
(2005)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract

En América Latina, los años ochenta, en términos socioeconómicos, fueron definidos como la "década perdida". Las políticas de ajuste estructural dirigidas a solventar las llamadas variables macroeconómicas dejan -a estas alturas-una considerable deuda social que, en lugar de reducirse con el paso del tiempo, se incrementa considerablemente. Según el Banco Mundial, América Latina es la región del mundo con mayor grado de desigualdad social, lo cual hace que la pobreza sea impermeable al crecimiento económico y al gasto social.

Si bien la pobreza no es un fenómeno nuevo, sí se puede afirmar que durante los últimos años creció, se transformó y diversificó. Esto significa que la era de los ajustes deja notables cambios en las características de la pobreza; entre los que se puede mencionar: la existencia de una nueva distribución territorial, entre el campo y la ciudad; aparecen otras formas de pobreza y emergen nuevas categorías sociales vinculadas a ella. En suma, hoy hay más pobres; los pobres son más pobres, la pobreza es más diversa, la diferenciación es mayor y su localización tiene nuevos patrones.

América Latina vio incrementar notablemente el número de pobres en sus ciudades, al extremo que la pobreza se convirtió en una problemática fundamentalmente urbana. A fines de los años noventa, el 61.7 por ciento de los pobres vivía en zonas urbanas, cuando en1970 era el 36.9 por ciento; esto significa que se dio un proceso acelerado de urbanización de la pobreza: según la CEPAL (2001), el 37 por ciento de los habitantes urbanos son pobres y el 12 por ciento, indigentes. En la actualidad existen más de 130 millones de pobres viviendo en las ciudades de América Latina.

Estas cifras nos llevan a pensar en dos importantes efectos sobre las ciudades de la región: por un lado, que las ciudades latinoamericanas son pobres porque concentran población pobre o, dicho de otra manera, que las ciudades de pobres son ciudades pobres. Si bien es necesario distinguir la pobreza en la ciudad y la pobreza de la ciudad, por que la primera se refiere a los pobres y la segunda al contexto en que opera, no se puede desconocer que están mutuamente interconectadas.

Tan es así que, no sólo la mayoría de la población urbana es pobre sino que las ciudades en su totalidad también lo son, situación que ha ocasionado que América Latina pase de las «ciudades de campesinos» que nos mostrara Bryan Roberts (1978), propia de la coyuntura urbana anterior, a las «ciudades de pobres»! actualmente existente.

Por otro lado, que los impactos de la pobreza al interior de cada ciudad son desiguales, produciendo segregación urbana, exclusión social, y generando una mayor diferenciación social y un círculo perverso de más pobreza; en otras palabras, que la pobreza opera bajo la forma de una Ifcausación circular" que agrava la calidad de vida de la población2 • Es decir, las ciudades de pobres son pobres y se empobrecen más aún en el tiempo.

Las ciudades de pobres son pobres porque, así como el Rey Midas todo lo que topa convierte en oro, la pobreza donde llega encarece y erosiona su contexto. Tenemos, entonces, ciudades de pobres que tienen gobiernos locales con finanzas débiles, economías urbanas altamente excluyentes y sociedades muy poco integradas.

Existen varios estudios que demuestran cómo la pobreza es más cara que la riqueza. Al respecto, se pueden dar varios ejemplos: el acceso al agua potable por tanque cisterna es más costoso y de menor calidad que su provisión por la red del sistema formal. El abastecimiento de víveres es de peor calidad y de mayor precio en las comunidades urbanas distantes -donde los productos de primera necesidad llegan a las tiendas y bodegas minoristas-que en los grandes supermercados. La vivienda, el transporte, la salud, la educación y el crédito tienen un comportamiento similar: menor calidad y mayor costo.

También existen investigaciones que muestran como la pobreza deteriora el hábitat en el que se asienta. Un segmento importante de la pobreza tiende a localizarse en la periferia o en la centralidad -urbana o histórica-debido a las condiciones ventajosas de localización que presentan y, al hacerlo, tiende a degradar el patrimonio natural e histórico del sitio, convirtiéndole en un hábitat erosionado que, a su vez, es un factor adicional de la pobreza; es decir, un círculo sin fin de pauperización y de erosión patrimonial.

Los impactos de la pobreza, la inequidad social y la segregación en la ciudad afectan, además, al desarrollo económico y al fortalecimiento de la democracia en América Latina.

Enfrentar esta tarea es -sin duda alguna-un elemento fundamental para que la población mejore su calidad de vida y para que las ciudades latinoamericanas adquieran la cualidad urbana mínima. En otras palabras, para entrar en la lógica de construir "más ciudad para más ciudadanos y más ciudadanos para más ciudad".

Esta propuesta parte de la afirmación de que la ciudad no es exclusivamente un lugar de concentración de la población

o de consumidores, pues ella adquiere su cualidad de tal el momento en que asume la condición de polis; es decir, cuando se satisfacen los derechos y deberes de sus vecinos (ciudadanía), pero también cuando éstos pueden realizarse en el marco de la representación, la integración y la participación3• Por ello, las metrópolis o megalópolis no pueden ser simplemente escalas superiores, demográficamente hablando, de ciudad.

Es necesario, además, partir de una visión optimista de la ciudad, en el sentido que la ciudad es menos un problema y más una solución. Esta visión tiene que ver con la necesidad de superar el estigma y pesimismo que se creó en torno a ella, en un doble sentido: por un lado, como una fuente de anomia y de caos que se expresa, por ejemplo, en una condición de selva de cemento, en una fuente que genera violencia, en un espacio creador de pobreza (neomaltusianismo) y, por otro, con la consigna permanente de superar el decreto de muerte que se hace periódicamente de la ciudad. Borja (23,2004) nos dice que: "¿La ciudad ha muerto? Ahora es la globa1ización la que la mata. Antes fue la metropolización que se desarrolló con la Revolución Industrial. Y antes fue la ciudad barroca, que se extendió fuera del recinto medieval. Periódicamente, cuando el cambio histórico parece acelerarse y es perceptible en las formas expansivas del desarrollo urbano, se decreta la muerte de la ciudad".

De estas concepciones negativas sobre la ciudad se llegó a concluir que para resolver estos problemas había que -entre otras medidas-detener el proceso de migración del campo a la ciudad, para que no sigan creciendo las urbes y, de esa manera, no crezcan los problemas.

Aestas alturas, en este siglo y después de haber comprobado el acelerado proceso de urbanización en América Latina, se puede afirmar, sin temor a equivocación, que en las ciudades se reduce la pobreza. Es más, se puede considerar a la ciudad en una oportunidad positiva para reducir la pobreza, debido a la instituciona1idad y a la concentración de los factores de escala existentes4 • Jordan y Simiodi (15, 2002) aportan en esa dirección cuando reconocen que: "En todos los países, la pobreza tiende a ser mayor en las áreas rurales que en las urbanas, y tiende a ser menor en las ciudades más grandes que en las intermedias y pequeñas. (...) Por el contrario, en la mayoría de los países la concentración urbana no ha sido un factor negativo, pues ha permitido el acceso a bienes y servicios en una medida bastante mayor que la prevaleciente en tiempos de predominio rural"

También se puede afirmar que en las ciudades es más factible cambiar los patrones inequitativos de género que en el campo (Arboleda, 2004), porque mientras en el campo están asentadas las tradiciones culturales que le asignan roles asimétricos y específicos a la mujer, en la ciudad la mujer se hace pública, se visibiliza y se hace libres.

El presente trabajo se inscribe en esta línea de reflexión propositiva y tiene una lógica expositiva compuesta por los siguientes acápites: el primero, de carácter general, busca ubicar la pobreza en el contexto de la nueva coyuntura urbana o en el marco del nuevo patrón de urbanización que se vive en la región para analizar qué alternativas estructurales se le presenta; el segundo, hace una descripción de las características que tiene la pobreza urbana y como este contexto la acoge; el tercero, presenta las políticas y sus resultados; y finalmente, se plantea, de manera general, algunas líneas estratégicas dirigidas a superar la pobreza en el contexto urbano.

Este trabajo se desarrolló gracias a Oxfam-GB y a la tenacidad de Ivonne Delgado, quien aceptó liderar la temática urbana de la región dentro de esta institución. Sin este apoyo hubiese sido muy difícil realizar esta publicación y, menos aún, difundirla. Espero que los aportes del texto si es que los tiene-sean un testimonio de gratitud a esta confianza.

Keywords
  • urbanización,
  • pobreza,
  • América Latina,
  • precariedad,
  • riqueza,
  • políticas sociales
Publication Date
September, 2005
Editor
Fernando Carrión Mena
Publisher
Ediciones OXFAM
ISBN
4-1-1522-05
Publisher Statement
OXFAM
Citation Information
Fernando Carrión Mena. Pobres las ciudades de pobres. La Paz(2005)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/266/