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Popular Press
La ciudad cárcel
Diario Hoy (2008)
  • Fernando Carrión Mena
Abstract
Desde hace no mucho tiempo estamos viviendo en Quito el fenómeno recurrente del encierro voluntario en espacios cada vez más pequeños, privados y aislados, cada uno de los cuales ha definido fronteras físicas con paredes, rejas, vallas eléctricas, pedazos de vidrios y, también, limites simbólicos con estigmas, percepciones e imaginarios. La suma de ellos hace de Quito una ciudad mosaico con múltiples compartimentos a la manera de una constelación de espacios discontinuos.
Hoy bajo la forma de urbanizaciones tenemos de barios enclaustrados que tienen fronteras explícitas que llevan, por ejemplo, a que sus calles internas terminen en las cucharas que rompen la continuidad de las vías, a que los espacios públicos se privaticen y a que ciertos servicios se provean por segmentos espaciales. Pero también existe lo mismo en términos verticales: los edificios en altura operan como urbanizaciones cerradas, porque tienen las mismas cualidades de un acceso controlado y un contorno es inaccesible. Los centros comerciales, los clubes privados y los patios de comidas, entre otros, siguen la misma lógica: el encierro.
Barrios y edificios autárquicos que tienen restricción de ingreso y que luego, también, reproducen la misma situación en su interior al poner obstáculos en ciertas calles o pisos. Y si eso no es suficiente, adicionalmente, se cuenta con guardias de seguridad, perros y alarmas al interior de las unidades residenciales, productivas, administrativas o comerciales, produciendo islas dentro de las islas. Se han construido “bunkers” físicos y mentales que se blindan ante la inseguridad ciudadana, produciendo un gran temor virtual por que termina siendo imposible sustraerse ante la situación de las exclusas sucesivas que impiden el libre tránsito.
El temor o imaginario construido por la necesidad de la seguridad ha servido para el desarrollo del negocio privado de cámaras, guardianía y alarmas, entre otros, pero también del negocio privado inmobiliario que recurre a la publicidad para vender el ideal de la seguridad. Así como antes se vendía un edificio o una vivienda con el gancho o ancla vinculada al medio ambiente (paisaje, áreas verdes, oxigeno) hoy se utiliza la seguridad, recreando el estigma del “dime donde resides y te diré que tan seguro vives”.
Pero lo más importante: la ciudad concebida como el espacio de la libertad empieza a diluirse, dando paso a la “ciudad cárcel”. Los límites y los bordes son fronteras múltiples, móviles y porosas que construyen soberanías con identidades territoriales propias y excluyentes, propias de la noción de xenofobia urbana y de la presencia de una foraneidad que segrega, divide y segmenta. Uno es nacional en una pequeña parte de la ciudad mientras en su totalidad uno es extranjero.
Hay que liberar las cadenas a esta ciudad-presidio para que deje de ser un espacio del control y se convierta en espacio de la libertad. Esta ciudad cárcel no ha traído más seguridad, sino todo lo contrario: más violencia real y simbólica.
Keywords
  • ciudad,
  • cárcel
Publication Date
November 28, 2008
Citation Information
Fernando Carrión Mena. "La ciudad cárcel" Diario Hoy (2008)
Available at: http://works.bepress.com/fernando_carrion/220/